domingo, 13 de marzo de 2011

Madrid Burger king city

Madrid, reino del 'burger'
La cadena más identificada con las megarraciones crece como la espuma en la capital española

Andy Robinson



Burger King es la menos políticamente correcta de las cadenas multinacionales de hamburguesas, la marca que menos caso hizo en EE.UU. a las campañas contra el supersizing (raciones sobredimensionadas) tras el éxito del libro Fast food nation, de Eric Schlosser, y la taquillera película Supersize me, de Morgan Spurlock.

Eligiendo como mercado objetivo el de los jóvenes varones de 15 a 25 años, Burger King defendió el derecho de comer lo que a uno le da la gana. Mientras McDonald's reinventó su marca y su color (de rojo a verde), Burger King contrató al rapero Bling para burlarse de los aficionados de las ensaladas césar. “A Burger King le importa un pepino su imagen en las clases burguesas”, llegó a decir The New York Times en el 2007. _

“Burger King se dirige a hombres a los que les saca de quicio la idea de que alguien puede decirles qué deberían comer y presumen de comer grandes cantidades de comida insalubre”, declaró Marion Nestle, la gurú de la alimentación sana de la Universidad de Nueva York en una entrevista telefónica. “Es un modelo de negocio que funciona muy bien”, añadió.

El marketing populista de Burger King recuerda en algún sentido al del gobierno popular deMadrid. Quizás por eso –según los cálculos de La Vanguardia– la capital española ya tiene más restaurantes Burger King que ninguna otra ciudad en Europa, y aún más que bastantes en EE.UU. Hay 61 en Madrid frente a los diez de Barcelona. La Comunidad de Madrid alberga 122 Burger King, tres veces más que Catalunya. En cambio, Barcelona y Madrid tienen más o menos el mismo número de McDonald's.

París rechazó a Burger King hace cuatro años en favor del más chic y ahora más sanoMcDonald's. Burger King, al menos, es sincero, dijo Jill Richardson, activista anticomida rápida del blog La Vidalocare. “No intenta convencernos de que su comida es sana como hace McDonald's, que camufla la realidad”.

La conversión de Madrid en la capital del rey burger se produce sólo cinco años después de que el Gobierno español seleccionara a esta cadena como el enemigo número uno de la campaña contra la obesidad infantil de la Agencia Española de Seguridad Alimentaría y Nutrición (Aesan). La megahamburguesa Big King XXL –una abreviación que suele utilizarse para denominar la talla de ropa de gente obesa–, de 971 kilocalorías por ración, era un peligro para la salud, advirtió la Aesan.

Pero en la avalancha publicitaria de Burger King en Madrid, el XXLsigue siendo un producto estrella. Según la calculadora del propio Burger King, la XXL, con queso y beicon (tal como nos invita a hacer Burger King con su consejo “¡Hazlo grande; hazlo gigante!”), una ración generosa de patatas fritas y una Coca-Cola alcanza las 2.713 calorías.

La presencia masiva de los Burger King en Madrid puede tener que ver con un modelo de crecimiento urbano vertebrado por centros comerciales, autovías y parkings, un entorno, como se ha demostrado en los strip malls estadounidenses, idóneo para los McDonald's, Burger Kings y Kentucky Fried Chickens. Mientras, la degradación del centro madrileño engendra como en ciudades estadounidenses un monocultivo de fast food y kebabs. En EE.UU. se habla de urban food deserts (desiertos urbanos de comida). “Si vives en un desierto alimentario no te queda más remedio que comer hamburguesas”, ha comentado Jonathan Safran Foer. Hablaba de Estados Unidos, pero ahora puede estar sucediendo lo mismo en Madrid.

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