Sí, esta es una crisis financiera, de estructura económica, de
democracia, y otras muchas cosas más, pero no olvidemos el urbanismo, el gran
otro artificie de la crisis actual.
Casi todos hemos olvidado que el urbanismo es una ciencia que programa el crecimiento de
las ciudades, y la lógica aplicada de esta ciencia se ha tomado tan poco en
serio, que casi podríamos apuntar que también el rescate de facto de España,
viene determinado por ignorar el urbanismo y su conexión con la economía
productiva y real de España. Según Richard Florida, autor del best-seller
ciudades creativas o Paul Krugman premio nobel de economía, las ciudades y su
entorno territorial, tienen una importancia determinante en el bienestar de sus
habitantes y este proceso viene dado por los mecanismos de planificación urbana.
Lamentablemente el desarrollo urbanístico se ha visto limitado a un
mero proceso “agilizador” de las políticas neoliberales que ha permitido al
sector inmobiliario ganar mas, mientras se dejaban de lado los principios de
una ciencia con referentes tan cercanos como el propio Ildefons Cerdá. El
resultado lo conocemos todos, el
desenfreno de la construcción y el cielo
lleno de grúas, trabajando en proyectos grandilocuentes,
que prometían oportunidades de
desarrollo y prosperidad, que ahora se han demostrado efímeras, sin efectos
multiplicadores de la economía. Ahora como resultado tenemos un sector bancario
rehén y cómplice al mismo tiempo de la falta de urbanismo responsable.
Como ya sabemos, el papel lo aguantaba todo y la justificación de
grandes proyectos se realizaba sin apenas objeción, a excepción de las
entidades en defensa del medio ambiente. Así tenemos a municipios con deudas que
tardarán decenios en pagarse, por una planificación urbana totalmente errónea. Se
ha practicado un urbanismo que no era tal, no era ciencia, era un instrumento
para enriquecer a unos pocos, y arruinar a un a país entero. La cantidad de
proyectos de alcaldes y promotores que construyeron o planificaron grandes
actuaciones es incontable, pisos vacíos que valen ahora la mitad, y suelo
pagado a precio de oro que no vale nada. El resultado, un sector financiero que
nos lastra el crecimiento de la economía real porque no puede hacer frente a
las perdidas de un urbanismo que no ha existido, un país al borde del rescate
por olvidar una ciencia.
Si como dice y afirman cada vez mas los expertos en teoría económica,
la ciudad es el principal valor para el crecimiento o la crisis de un país, el
urbanismo tiene que, simplemente, recuperar su sitio y aportar la cultura
necesaria, estamos hablando de las “smart cities”, la planificación estratégica,
paisajismo, entre muchos conceptos, para construir un urbanismo plural al
servicio de la economía real y de las personas. No hay que inventar nada, solo
necesitamos recuperar nuestra tradición urbana, y no olvidar que el urbanismo
es un ingrediente importante en el plato de la recuperación económica. Es necesario
que los responsables políticos lo escriban en su receta.
Àlex Vaquero
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